«No es la fortuna la que domina el mundo. Preguntémoslo a los romanos, que tuvieron constante prosperidad cuando se gobernaban según un plan, y constantes reveses cuando se gobernaban según otro. Hay causas generales, ya morales ya físicas, que actúan en cada monarquía, la elevan, la mantienen o la precipitan. Todos los accidentes están sometidos a esas causas, y si el azar de una batalla, es decir, una causa particular, ha arruinado un estado, había una causa general que hacía que ese estado debía sucumbir por una sola batalla. En suma, la marcha principal arrastra con ella todos los accidentes particulares.» Montesquieu
En la anterior cita, Montesquieu presenta coherentemente la idea de que la sociedad humana posee leyes intrínsecas que determinan los caracteres de su vida. Estas leyes intrínsecas son todas, posturas metafísicas, epistemológicas y éticas en base a las cuales los líderes de los gobiernos actúan y sus representados aplauden.
La reciente captura y asesinato del líder terrorista Osama Bin Laden es el resultado de un plan coherente que durante más de 10 años se había estado llevando a cabo en Medio Oriente. El costo de este plan ha sido inmenso e incalculable en la cantidad de muertes de civiles que en ambos bandos de la batalla han acontecido. Sin embargo, en el momento clave de esta captura el líder de los Estados Unidos, el Presidente Demócrata Barack Obama, anunció que esta larga batalla no había sido contra una filosofía de vida ie. El Islam, sino contra las ideas extremistas de un grupo de miembros dentro de la sociedad islámica.
Pretender entender el acontecer histórico desde esa perspectiva es probablemente un terrible revés que precipitará toda clases de accidentes en el futuro cercano y lejano. La situación en que queda el mundo luego de la muerte de Osama Bin Laden debería de invitarnos a conocer con detallada calma y con una valuación sin contradicciones de la filosofía de vida de todos los actores que se encuentran actualmente luchando en territorios en el norte de África y el Medio Oriente.
Tal y como dijo Montesquieu hace tanto tiempo, «todos los accidentes están sometidos a esas causas» y no es el azar de las batallas las que salvará a indefensos e inocentes. Hoy es un día para estudiar filosofía, porque la filosofía sí importa.
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