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Conferencia: El pensamiento político de Ludwig von Mises por Warren Orbaugh


El próximo martes, 13 de septiembre se presentará a las 18:00 horas la conferencia «El pensamiento político de Ludwig von Mises» en la Universidad Francisco Marroquín.

El tema de la conferencia serán los principios fundamentales del pensamiento de Mises.  Ludwig von Mises fue uno de los economistas más importantes del siglo XX y sus ideas influenciaron el trabajo de filósofos y economistas capitalistas, libertarios, economistas pro-capitalistas y científicos de distintas corrientes filosóficas.  Sus obras están disponibles gratuitas en el siguiente link: Online Books by Ludwig von Mises – – Mises Institute.

El comunismo mata


Un tributo al Comunismo (video)

El video que compartimos es elocuente.  El comunismo mata y para muchos esto es difícil de comprender.  Tanto o más peligroso, es que el comunismo no sólo mata a personas físicamente sino que acaba con la característica que nos hace distintos del resto de los animales: la individualidad.

El comunismo parte de la premisa fudamental de eliminar al individuo, entendido como un ser con capacidad de raciocinio e independencia, y someterlo a las decisiones colectivas de una masa igualitaria.

Actualmente, el comunismo ya no se pregona como una meta viable o posible; sino como un aparente ideal que sirve de «guía» o luz para quienes lo pregonan.  Ahora, el comunismo y su premisa fundamental en contra del individualismo suele identificarse con los conceptos de democracia, ecologismo, justicia social y la responsabilidad social empresarial.

El comunismo y sus premisas son aún practicadas  y es necesario que los proponentes del capitalismo laissez faire reconozcamos que el colectivismo aún domina la política mundial.

Los invito a visitar el Museo del Comunismo (en inglés) creado por Bryan Caplan del Departamento de Economía de la Universidad George Mason para que se den cuenta que no sólo en la UFM se habla del comunismo.

Productores versus Expropiadores


Quienes leyeron la profética novela «La rebelión de Atlas» escrita por Ayn Rand hace más de 50 años seguramente conocen las razones que están detrás de la crisis de deuda en Estados Unidos.  También, quienes leyeron ya la novela, conocen el preocupante desenlace de los eventos y lo que ocurre con Estados Unidos cuando sus líderes y ciudadanos continúan viviendo bajo el mismo código de valores. El preocupante final se centra en el colapso industrial de Estados Unidos y en la lucha entre productores y expropiadores. Luego, el mundo caería como un juego de domino.

¿Qué caracteriza a un productor?

En su novela, Ayn Rand enfatizó el rol que tienen el egoísmo racional y la benevolencia en las actividades que realiza un productor.  Según Rand, el productor búsqueda su felicidades y prosperidad mediante la creación de bienes y servicios que intercambiará en base al consentimiento mutuo (el pilar de los contratos). Ellos, los productores, son quienes ponen el valor agregado en la productividad de sus actividades y quienes se enorgullecen de sus logros.  Los productores quieren y buscan establecer un sistema de gobierno que proteja sus vidas, su libertad y  su propiedad (un gobierno minárquico o mínimos) y exigen que el gobierno se remita a cumplir esas labores sin extender su tamaño o áreas de influencia.

¿Qué caracteriza a un expropiador?

Los adjetivos: empresario corrupto, capitalista rapaz, productor impune y político con privilegios son anti-conceptos que utilizamos erróneamente para definir el caracter moral de un individuo «productor» que realiza actividades inmorales (ie. corruptas, rapaces, impunes, etc.). Por este motivo, Ayn Rand en sus obras de ficción y no ficción, reemplaza todos estos anti-conceptos por el que consideró era el adjetivo más adecuado: expropiador.  Así, un individuo que se llamase a sí mismo «empresario» no podría sostener su argumento cuando alguien demostrase que utilizaba privilegios políticos, engaños inmorales o violaba contratos para conseguir sus metas.  Este individuo era en realidad un expropiador pues su código moral estaba fundamentado en el irrespeto a la propiedad, derechos y vida de otras personas con tal de conseguir sus metas.

Los expropiadores quieren (en mayor o menor medida) que el gobierno proteja sus vidas, su libertad y propiedad a costa de los más ricos (de quienes creen merecen un pago).  Es de su opinión que los productores al tener más riqueza le han quitado a la sociedad más cosas; por este motivo, consideran que es su obligación y deber pagarle a cambio a la sociedad y ser responsables con ella.  Los expropiadores no creen que los seres humanos podemos ser benévolos si así lo deseeamos y por eso, consideran que el altruismo es el único mecanismo que tiene la sociedad para obligar a los productores a ser «morales».

Para comprender la actual crisis moral, económica y jurídica de los países occidentales es indispensable distinguir entre ambas personalidades y el código de valores detrás de ellos.  Desarrollar habilidades (ser conscientes) de estas diferencias filosóficas no debería de ser tan difícil siempre y cuando estemos dispuestos a ser objetivos y racionales.  Es necesario que todas las personas productivas empecemos exigiendo a cada uno de los políticos electos en puestos de poder que respeten el derecho de los individuos a buscar su felicidad y los frutos de su labor.  Cualquier discurso re-distribuidor que contemple el uso de la propiedad ajena debe ser condenado y considerado inmoral.

La solución no está en ningún sistema de gobierno nuevo; sino en el establecimiento de sistemas basados en n código ético objetivo que nos permita buscar la felicidad.  Solo así podrán los productores en Occidente construir un mejor futuro.

Atlas se está rebelando!

Nuevo libro «Why Businessmen Need Philosophy» de Ayn Rand


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Why Businessmen Need Philosophy Why Businessmen Need Philosophy 

by Ayn Rand

En los últimos tres años el gobierno y los medios de comunicación masiva se han encargado de culpar a los «grandes» empresarios por la crisis financiera que llevó a cientos de empresas a la quiebra y dejó sin empleo a millones de personas en los seis continentes.  Los empresarios, innovadores y creativos han sido acusados de su dejar en el desempleo a estas personas y de haber llevado a la quiebra a muchísimas industrias.

Sin embargo, tenemos todas las armas filosóficas y téoricas para defendernos.  Los empresarios creadores, los motores del mundo, somos los únicos que podíamos (y siempre podremos) volver a levantar la economía de nuestros países después de una crisis financiera que fue iniciada por el estado benefactor y el intervencionismo gubernamental.

Sin embargo, realizar la actividad emprendedora y creadora no es algo sencillo y es indispensable saber filosofía.  Cómo es que los hombres de negocios deben estudiar filosofía y para qué les servirá ser filósofos íntegros es lo que Ayn Rand explica en esta fenomenal obra de manera ejemplar.   En la obra, colaboran empresarios y académicos como el CEO del banco BB&T John Allison (Doctor honoris causa por la UFM), la profesora del Ayn Rand Institute Debi Ghate y otros importantes filósofos y hombres de negocios.

La primera edición de esta fabulosa obra fue uno de los pilares filosóficos que inspiraron la creación del Centro de Estudio del Capitalismo y el día de hoy celebramos con mucho agrado la publicación de esta nueva edición.

Si no la han leído, ¡los invitamos a hacerlo y a que luego compartan su opinión con nosotros!

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Sobre la ecología


Un muy buen artículo vía: objetivismo.org

“La ecología como principio social… condena las ciudades, la cultura, la industria, la tecnología, el intelecto, y aboga por el retorno de los hombres a la “naturaleza”, al estado de infra-animales gruñidores cavando el suelo con sus propias manos.”

Un campesino de Asia que trabaja todas las horas que está despierto, con herramientas creadas en tiempos bíblicos – un aborigen de América del Sur que está siendo devorado por pirañas en un riachuelo en la selva – un africano al que le está picando la mosca tsé-tsé – un árabe cuyos dientes están verdes con putrefacción en la boca – todos estos viven en su “medio ambiente natural», pero desde luego no son capaces de apreciar su belleza. Intenta decirle a una madre china, cuyo hijo se está muriendo de cólera: «¿Debe uno hacer todo lo que se puede? Claro que no”. Intenta decirle a un ama de casa rusa, que tiene que recorrer penosamente a pie muchos kilómetros a temperaturas bajo cero para pasar horas haciendo cola en la tienda del Estado que reparte raciones de alimentos, que los Estados Unidos están «contaminados» por centros comerciales, autopistas y un automóvil en cada hogar.

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En la Europa occidental, durante la Edad Media pre-industrial, la esperanza de vida del hombre era de 30 años. En el siglo XIX, la población de Europa creció un 300% – la mejor prueba del hecho que por primera vez en la historia humana, la industria dio a la gran masa de gente la oportunidad de sobrevivir.

Si fuera cierto que una alta concentración industrial es destructiva para la vida humana, deberíamos poder confirmar que la esperanza de vida disminuye en los países más avanzados. Sin embargo, ha ido en constante aumento. Aquí están las cifras de esperanza de vida en los Estados Unidos (fuente: Metropolitan Life Insurance Company):

  • 1900 – 47.3 años
  • 1920 – 53 años
  • 1940 – 60 años
  • 1968 – 70.2 años (últimas cifras compiladas)

Cualquier persona de más de 30 años de edad hoy, que le dé unas silenciosas «gracias» a las chimeneas más próximas, más inmundas y más mugrientas que pueda encontrar.

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El dinosaurio y sus semejantes desaparecieron de esta tierra mucho antes de que hubiera hombres de industria o cualquier tipo de hombre. . . . Pero esto no acabó con la vida en la tierra. Contrariamente a los ecologistas, la naturaleza no se mantiene quieta ni mantiene el tipo de «equilibrio» que garantiza la supervivencia de ninguna especie en particular – y menos aún la supervivencia de su producto más maravilloso y más frágil: el hombre.

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Ahora observemos que en toda la propaganda de los ecologistas – entre todas sus apelaciones a la naturaleza y sus demandas de «armonía con la naturaleza» – no hay ninguna discusión sobre las necesidades del hombre y los requerimientos de su supervivencia. El hombre es tratado como si fuera un fenómeno no-natural. El hombre no puede sobrevivir en el tipo de estado natural que los ecologistas imaginan – es decir, al nivel de los erizos de mar o los osos polares. . . .

Para sobrevivir, el hombre tiene que descubrir y producir todo lo que necesita, lo cual significa que tiene que alterar su entorno y adaptarlo a sus necesidades. La naturaleza no lo ha equipado para que él se adapte a su entorno de la forma que los animales lo hacen. Desde las culturas más primitivas hasta las civilizaciones más avanzadas, el hombre ha tenido que fabricar cosas; su bienestar depende de su éxito en la producción. La tribu humana más baja no puede sobrevivir sin esa supuesta fuente de contaminación: el fuego. No es meramente simbólico que el fuego fuese la propiedad de los dioses que Prometeo les trajo a los hombres. Los ecologistas son los nuevos buitres revoloteando para intentar extinguir ese fuego.

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Sin máquinas ni tecnología, la mera tarea de sobrevivir es un desafío terrible y agotador para alma y cuerpo. En “la naturaleza», el esfuerzo por conseguir comida, vestido y vivienda consume toda la energía y el espíritu de un hombre; es una batalla perdida – y el vencedor es cualquier inundación, terremoto o enjambre de insectos. (Recordad los 500.000 cuerpos que quedaron después de una sola inundación en Pakistan: eran hombres que vivían sin tecnología.) Trabajar sólo para cubrir sus necesidades básicas es un lujo que la humanidad no puede permitirse.

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Se ha reportado en la prensa muchas veces que el problema de la contaminación va a ser la próxima gran cruzada de los activistas de la Nueva Izquierda, después de la guerra de Vietnam acabe. Y al igual que la paz no era su objetivo o el motivo de esa cruzada, tampoco es el aire limpio su objetivo ni su motivación en esta.

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El objetivo inmediato es evidente: la destrucción de lo que queda de capitalismo en las economías mixtas de hoy, y el establecimiento de una dictadura global. Ese objetivo no tiene por qué ser inferido – muchos discursos y libros sobre el tema dicen de forma explícita que la cruzada ecológica es un medio para ese fin.

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Si, tras el fracaso de acusaciones como «el capitalismo te lleva a la indigencia» y «el capitalismo te conduce a la guerra», a la Nueva Izquierda no le queda nada mejor que: «el capitalismo mancha la belleza de tu paisaje», uno puede razonablemente concluir que, como poder intelectual, el movimiento colectivista está acabado.

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Contaminación en las ciudades y ríos sucios no son cosas buenas para los hombres (aunque no representen el tipo de peligro que los profetas del pánico proclaman). Se trata de un problema científico, tecnológico – no político – y solamente puede ser resuelto con tecnología. Pero aunque la contaminación fuese un riesgo para la vida humana, debemos recordar que la vida en la naturaleza, sin tecnología, es muerte al por mayor.