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El hombre


Steve Cutts nos cuenta en tres minutos y medio cómo el hombre está acabando con el planeta en que vive. El protagonista de la historia mata todo a su paso, incluidas focas bebé y osos polares. Calza un par de botas hechas con serpientes. Engorda gallinas para comérselas fritas. Tala árboles para hacer miles de hojas de papel. Industrializa el mundo para volverlo un basurero gigante. Al final llegan un par de extraterrestres y lo convierten en un tapete. ¿Cuál es el mensaje de la obra? La culpa inmensa por vivir en la tierra y usar sus recursos naturales. Cuando terminé de ver el video me sentí inmensamente triste, no porque esté de acuerdo con el autor, sino porque ilustra la idea que muchas personas tienen sobre el ser humano, sobre la naturaleza y cómo vivimos. Piensan que somos una especie de parásitos que no hacen más que destruir el mundo. Muchos creen que, de hecho, lo mejor que puede pasarle a la tierra es que desaparezcamos de la faz del planeta, porque sólo así dejaremos de contaminar este lugar que sería perfecto sin ciudades, carreteras y máquinas.

¿Eso es todo lo que somos? ¿Depredadores que necesitan que venga una fuerza más grande que ellos mismos a castigarlos? En los comentarios que deja la gente encontré algunas respuestas a estas preguntas, por ejemplo: “No es el hombre propiamente, es la industria y las corporaciones amorales, el hombre puede cohabitar con el mundo (vean las tribus «salvajes») el problema nace con las empresas amorales”. Es decir que deberíamos seguir viviendo como “nobles salvajes” y muriendo por el ataque de las fieras y por enfermedades que la tecnología nos ha ayudado a curar. Deberíamos dejar de cortar árboles para hacer papel y libros, porque de todas maneras la gente no lee y es un desperdicio. Deberíamos abandoar el conocimiento que tenemos y apegarnos a un modelo de hacer las cosas, deberíamos dejar de inventar porque ya tenemos “demasiado”, porque nuestros inventos y nuestras empresas son perversos.

A mí me alegra haber nacido en esta época que vivo, me alegra que hubiera vacas para alimentarme, que no tenga que venir a pie a trabajar, que en mi casa haya agua potable y que se produzca energía eléctrica para que pueda escribir esto y oír música y ver vídeos como el que generó este comentario. Me alegra que alguien inventara la computadora y que se desarrollara el internet. Quisiera que en mi país y en el mundo dejara de haber hambrunas, que todos los niños fueran a la escuela y tuvieran acceso a los millares de libros con historias maravillosas que los pueden ayudar a crear más historias maravillosas. Sin embargo, antes de todo eso, me gustaría que las personas entendieran que se trata de una lucha de vida o muerte, que para vivir necesitamos usar la tierra y sus recursos. Es una cuestión de filosofía, porque el hombre es un ser capaz de crear grandes obras para hacer del mundo un lugar mejor.

Una gráfica de la riqueza mundial


«El hombre que no hace más que labor física consume el valor material equivalente a su propia contribución al proceso de producción y no deja más valor ni para sí mismo ni para otros. Pero el hombre que produce una idea en cualquier campo de empeño racional el hombre que descubre nuevo conocimiento- es el permanente benefactor de la humanidad…». Ayn Rand en la Rebelión de Atlas

La impresionante imagen que compartimos del mundo fue titulada «The Walled World» por Gwynne Dyer del Japan Times.  La misma pretende representar cómo el planeta está siendo fortificado por los países desarrollados (los ricos) para alejarse de los países más pobres del mundo.  Según la gráfica, 14% de la población mundial vive en el mundo desarrollado y tiene el 73% de los ingresos mundiales.  Mientras que los países más pobres tienen el 86% de la población y sólo 27% de los ingresos.

Ahora, la gráfica puede utilizarse para explicar por qué esos países son pobres, cuáles son los países y por qué los países desarrollados se están fortificando para defenderse.  Sin embargo, hacer esto sólo nos permitiría cometer el mismo error que durante siglos se ha venido realizando.  Explicar la pobreza no nos dará nunca herramientas para aprender a acabar con ella.  Es necesario estudiar y conocer por qué esos países ricos (con sólo 14% de la población mundial) han conseguido generar casi 2/3 de la riqueza del mundo.

La riqueza de los países más desarrollados es el resultado de acciones individuales que a lo largo de décadas ha permitido que la productividad de esos países sea mayor.  Áreas del planeta como África y algunos países de América Latina no han siquiera desarrollado industrias que se asemejen al tamaño de las que hubo en Europa al inicio del a Revolución Industrial hace 200 años.

¿Pero a qué nos referimos con acciones individuales?

Todos los actos de un hombre son el resultado de ideas, de la toma de decisiones y la evaluación de costos de oportunidad.  Esas decisiones y costos de oportunidad pueden tomarse en base a la valoración moral que los individuos hagan de la fuente de todos los derechos: la vida humana.  Así, una persona puede decidir que su vida es lo más valioso que tiene o no.  En base a la defensa de este valor cardinal, un hombre puede decidir actuar y tomar decisiones que afectarán su vida y la de sus allegados.  Si una persona considera su vida el valor más grande que tiene, entonces la implementación del derecho a su vida la realizará a través del derecho de propiedad.  De esta manera, una persona considerará su vida y sus derechos de propiedad como valores cardinales para la toma de decisiones en cualquier circunstancia.

La fuente o raíz de la riqueza de los países desarrollados se encuentra en que fueron capaces de crear sistemas de gobierno que reconocieron en derecho de todos los hombres a su vida y a su propiedad.  Fue gracias a esto que la formación de estados que protegían los derechos de sus individuos y  que consideraban la propiedad privada como inalienable, que empezaron a desarrollarse industrias a finales del siglo XVIII.  Al lado de este desarrollo industrial, la oferta de puestos de trabajo aumento y millones de personas que vivían en el campo o se dedicaban a otros oficios empezaron a conseguir empleos en las fábricas.  Impresionante, pero real, en menos de 100 años los países europeos habían conseguido superar por varias veces las condiciones de vida, salarios y acceso a servicios para la mayoría de la población.  Lo anterior, jamás había ocurrido en la historia de la humanidad y desde entonces la riqueza de esos países ha continuado creciendo sin detenerse.

La evidencia del proceso anterior se encuentra en que la riqueza de estos países ha sido mayor en los lugares que ofrecieron certeza jurídica para los inversionistas al asegurarles la protección de sus propiedades, el reconocimiento de los derechos individuales de sus ciudadanos y la creación de legislaciones que no violaran ninguno de los derechos anteriores.  Solamente aquellos países que empezaron a otorgar derechos a usurpadores, que redistribuyeron la riqueza ajena y violaron los derechos de sus ciudadanos dejaron de crecer y sus ciudadanos migraron a pueblos más fértiles.