«Finalmente, la comunidad compuesta de varios pueblos o aldeas es la ciudad-estado. Esa ha conseguido al fin el límite de una autosuficiencia virtualmente completa, y así, habiendo comenzado a existir simplemente para proveer la vida, existe actualmente para atender a una vida buena. De aquí que toda comunidad existe por naturaleza en la misma medida en que existe naturalmente la primera de las comunidades.» Aristóteles (Política, 1253a)
La minarquía, miniarquía o gobierno mínimo es una forma de gobierno en la que la administración de las instituciones del Estado se centra en asegurar la protección de los derechos de los individuos, asegurar la ejecución de la justicia y proteger a sus ciudadanos de la coerción física que puedan ejecutar terceros (dentro y fuera de su territorio). Es decir, un gobierno minarquista tiene el monopolio de la seguridad y la ejecución de la ley compilada en su Constitución y códigos de leyes. Se supone, en teoría, que un gobierno miniarquista recaudaría menos impuestos pues sus costos de operación serían más reducidos. En un gobierno limitado como este, el gobierno no tendría ningún poder, dinero y derecho de establecer servicios de salud, educación, banca, capacitación y de construcción y mantenimiento de cualquier tipo de obras que por muchos años han sido considerados de interés público (carreteras, puertos, aeropuertos, electricidad, agua, gas, entre otros).
En un sistema de gobierno miniarquista, se considera que el mejor proveedor de servicios para los miembros de un estado es el mercado actuando bajo las leyes de la oferta y la demanda; y, que cualquier falla en el mismo, se deberá corregir sin que nadie tenga el poder monopólico de alterar los resultados. Defensores del miniarquismo usulmente defienden el concepto de «destrucción creativa» de Schumpeter y consideran a los individuos emprendedores como los verdadores agentes de cambio, resolución de conflictos y búsqueda de nuevas oportunidades. Para los defensores de este sistema, uno de los actores más ineficientes y dañinos para resolver conflictos es el lento, burocrático y costoso gobierno paternalista que puede observarse en todos los gobiernos del siglo XX.
En teoría, este propuesta de organización política y social, ofrece los mayores beneficios para la sociedad a cambio de sacrificar en menor cantidad los intereses y derechos de los individuos. Los impuestos a pagar en este sistema de gobierno son mínimos y los individuos pueden decir utilizar su riqueza en lo que consideren más apropiado de acuerdo a su escala de valores. Los individuos no se ven forzados a utilizar un único sistema de salud y educación, sino pueden elegir en dónde curarse y educarse, con quién hacerlo y cuánto invertir en este proceso. En la práctica, esto podría funcionar sin inconvenientes siempre y cuando los individuos de esta sociedad conozcan sus derechos y obligaciones como ciudadanos, estén preparados a tomar responsabilidad por sus actos y decisiones, y actúen en absoluta libertad para agremiarse en asociaciones, empresas y corporaciones que provean servicios competitivos. Este sistema social es conocido en la teoría como capitalismo y fue en el trabajo de Ludwig von Mises, y Ayn Rand que se explica la manera en que el mismo es consistente con la naturaleza humana y su inminente condición individualista a la hora de tomar decisiones y actuar. Este sistema de gobierno sólo podrá sobrevivir si los individuos que la conforman viven todos bajo un sistema filosófico coherente con la vida y la felicidad. Esto último, algo bastante difícil de lograr y un tema muy complejo de comprender.
Finalmente, los sistemas de gobierno (las ciudades-estado de las que escribió Aristóteles) existen con un único fin: la virtud y la felicidad. Estas condiciones, la virtud y la felicidad, sólo pueden conseguirse cuando las unidades que conforman el gobierno son virtuosas y felices; y también, tienen la libertad de buscar su felicidad y educarse en la virtud. Pareciera que es en la miniarquía que se puede establecer el único sistema de gobierno moral y consistente con la naturaleza humana. y ustedes, ¿qué opinan?
Adendum: para conocer los principios de una filosofía para la vida a los que nos referimos en este post, los invitamos a conocer y estudiar lo escrito por algunos minarquistas prominentes como Benjamin Constant, Herbert Spencer, Leonard Read, Ludwig von Mises, Friedrich Hayek, James M. Buchanan, Ayn Rand, John Hospers, Robert Nozick, George Reisman.
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